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Los archivadores de acero son una solución de almacenamiento duradera y práctica, pero, como cualquier mueble metálico, son susceptibles de oxidarse si no se mantienen adecuadamente. El óxido se produce cuando el hierro (componente principal del acero) reacciona con el oxígeno y la humedad.
Siempre es mejor prevenir que curar cuando se trata de óxido.
Controle la humedad:
Mantenga los armarios secos: Este es el paso más importante. Limpie inmediatamente cualquier derrame de líquido con un paño seco.
Evite las zonas húmedas: No coloque archivadores en zonas con mucha humedad, como sótanos, cuartos de baño o cerca de ventanas donde pueda formarse condensación.
Asegure una buena ventilación: Una circulación de aire adecuada ayuda a reducir la humedad. Abra las puertas de los armarios de vez en cuando para favorecer la circulación del aire, sobre todo en espacios cerrados. Considere la posibilidad de utilizar un deshumidificador en ambientes especialmente húmedos.
Evite guardar objetos mojados: No guarde nunca objetos mojados dentro de los archivadores. Asegúrese de que los documentos u otros objetos almacenados estén completamente secos.
Proteja la superficie:
Recubrimientos resistentes al óxido: Muchos archivadores de acero vienen con un revestimiento resistente al óxido, como fosfato de zinc o pintura en polvo. Esto actúa como una barrera protectora.
Aplique recubrimientos protectores: Para una mayor protección, especialmente si el revestimiento original está desgastado, considere la posibilidad de aplicar una pintura resistente al óxido, un revestimiento protector transparente o incluso cera para coches. Esto crea un escudo adicional contra la humedad y el oxígeno.
Utilice revestimientos para armarios: Coloque forros de corcho o goma en la parte inferior de los cajones para proteger el metal de arañazos y de la humedad de los objetos almacenados.
Minimice los daños y la exposición:
Evite arañazos y abolladuras: Los arañazos y abolladuras exponen el metal desnudo, haciéndolo vulnerable a la oxidación. Manipule los armarios con cuidado. Si los traslada, evite arrastrarlos.
Inspeccione periódicamente en busca de daños: Compruebe periódicamente si los armarios presentan arañazos, desconchones o abolladuras. Repare inmediatamente cualquier desperfecto.
Solucione rápidamente las fugas de fontanería: Si su armario está en una zona con tuberías, repare cualquier fuga inmediatamente para evitar la exposición al agua.
Evite los productos químicos agresivos: Evite los productos de limpieza abrasivos o ácidos que puedan dañar el acabado protector. Opte por limpiadores suaves y no abrasivos diseñados para superficies metálicas.
Colocación estratégica:
Lejos de la luz directa del sol o la lluvia: Aunque es menos habitual en los archivadores de interior, la luz solar directa puede provocar condensación, y la lluvia es un acelerador evidente de la oxidación.
Temperatura constante: Las fluctuaciones de temperatura pueden provocar condensación, favoreciendo la oxidación. Mantenga un entorno estable alrededor de sus archivadores.
II. Limpieza y mantenimiento periódicos: Mantenerlo impecable
Una limpieza constante es clave para evitar la oxidación y prolongar la vida útil de sus archivadores.
Limpieza diaria/semanal:
Utilice un plumero o un paño suave de microfibra para limpiar regularmente el polvo y los residuos. Así evitará que se acumulen y se acumule humedad.
Limpieza regular:
Limpie las superficies de los armarios con un paño húmedo (no mojado), seguido inmediatamente por un paño seco. Esto elimina la suciedad y la mugre sin dejar humedad.
Para las manchas más difíciles, utilice un detergente suave mezclado con agua. Aplíquelo con un paño suave, después aclárelo bien con agua limpia y séquelo inmediatamente.
Pulido (opcional pero recomendado):
Pula de vez en cuando sus armarios de acero con un abrillantador de metales adecuado o un limpiador de acero inoxidable. Esto ayuda a restaurar el brillo, protege contra las huellas dactilares y añade una fina capa protectora.
Limpieza a fondo (mensual/bienal):
Retire todo el contenido de los cajones.
Limpie las superficies interiores y exteriores con una solución de detergente suave y agua.
Seque bien todas las superficies, prestando especial atención a las esquinas y grietas, antes de volver a colocar los documentos.
Considere la posibilidad de añadir absorbentes de humedad (como paquetes de gel de sílice) dentro de los cajones, especialmente en climas húmedos. Sustitúyalos con regularidad.
III. Eliminación y reparación del óxido: Cuando aparece el óxido
Si aparece óxido, actúe rápidamente para evitar que se extienda.
Pequeñas manchas de óxido/Oxido superficial:
Solución de vinagre: Empapa un paño en vinagre blanco y aplícalo sobre la zona oxidada. Déjelo actuar entre 30 y 60 minutos y, a continuación, frote los residuos con un cepillo de alambre, lana de acero o incluso papel de aluminio arrugado humedecido en vinagre. Aclara con agua y seca bien.
Pasta de bicarbonato: Mezcla bicarbonato sódico con un poco de agua hasta formar una pasta espesa. Aplícala sobre los puntos oxidados, déjala actuar entre 15 y 20 minutos y, a continuación, frota con un cepillo de alambre o un estropajo abrasivo. Aclara y seca.
Limón y sal: Espolvorea sal sobre la zona oxidada y, a continuación, exprime zumo de limón sobre ella. Déjalo reposar unas horas, luego frota con una esponja áspera, aclara y seca.
Aceite de máquina/Aceite antioxidante: Si el óxido es leve, limpia la zona varias veces con un paño suave humedecido en aceite para máquinas o aceite antioxidante. Esto también puede evitar que se siga oxidando.
Óxido más importante:
Papel de lija/cepillo de alambre: Para un óxido más importante, lije suavemente la zona afectada con papel de lija de grano fino o utilice un cepillo de alambre para eliminar todas las partículas oxidadas. Tenga cuidado de no frotar con demasiada fuerza, ya que podría dañar la superficie metálica.
Imprimación inhibidora de óxido: Tras lijar y asegurarse de que la zona está seca, aplique una imprimación inhibidora de óxido para evitar que vuelva a aparecer.
Pintura de retoque: Una vez seca la imprimación, aplique una pintura de retoque a juego para restaurar el acabado del mueble y proporcionar una capa protectora adicional.
Resina epoxi: Si el óxido ha creado agujeros o picaduras, puede utilizarse resina epoxi para rellenar estas zonas antes de imprimar y pintar.
Eliminadores de óxido comerciales: Para el óxido severo, considere el uso de productos químicos comerciales para eliminar el óxido. Siga siempre las instrucciones del producto y utilice equipo de protección adecuado (guantes, gafas).
Siguiendo estas pautas de mantenimiento, puede prolongar considerablemente la vida útil de sus archivadores de acero y mantenerlos con el mejor aspecto, libres del óxido antiestético y dañino.
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